Mentorías en STEM: intercambios y aprendizajes para vencer barreras
Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia
Incorporar la perspectiva de las niñas y las mujeres para que la ciencia responda a las necesidades de toda la población
Contar con el talento, la innovación y las experiencias de las personas que se identifican con el género femenino para abordar los retos que afectan a las sociedades
Estas son algunas de las premisas que visibiliza el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, declarado por las Naciones Unidas para que cada 11 de febrero se reconozca el papel clave que cumplen las mujeres y niñas en toda su diversidad en la ciencia y la tecnología.
En un mundo dinámico donde la tecnología genera nuevos debates, desafíos y transformaciones, existe una necesidad cada vez más prioritaria de construir ecosistemas científicos y tecnológicos inclusivos. La brecha de género marca una falta de igualdad de oportunidades en estos ámbitos: de cada tres personas que se dedican a la investigación en ciencia e ingeniería, solo una es una mujer; mientras que representan solo el 22% de profesionales que trabajan en el campo de la Inteligencia Artificial, según datos de las Naciones Unidas. Además, son una minoría en los puestos técnicos y de liderazgo en las empresas de tecnología. Los datos de la última investigación de Chicas en Tecnología, “Una carrera desigual: la brecha de género en el sistema universitario de Argentina”, muestran que las mujeres representan solo el 34% del estudiantado de disciplinas STEM y el 17% del estudiantado de programación. Que ellas también sean protagonistas en el diseño de soluciones tecnológicas y en el desarrollo científico es un derecho y una necesidad para el desarrollo de las economías y las sociedades.
Incentivarlas desde el ámbito educativo es clave para que las niñas y mujeres participen en las disciplinas científicas y tecnológicas, así como también acercarlas a mujeres que se desarrollan profesionalmente en esas carreras para que las consideren para su futuro. En la construcción de esos posibles trayectos académicos y laborales se enfoca el programa de Mentorías de Chicas en Tecnología, del que ya participaron 50 jóvenes de la región.
Experiencia de intercambio y aprendizaje
El mentoreo es un sistema de apoyo para superar los obstáculos que pueden presentarse en el crecimiento profesional y desarrollo académico. Particularmente, las mujeres deben enfrentar barreras para lograr insertarse, mantenerse y crecer en las disciplinas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemática).
Estereotipos familiares y sociales contribuyen a que las mujeres asocien estas disciplinas a roles masculinos. Además, existen factores psicológicos, de socialización y pedagógicos que llevan a las niñas y adolescentes a subestimar sus propias habilidades para las disciplinas STEM. En edad escolar se suele brindar una educación diferencial a varones y mujeres en función de su género, así como estímulos relacionados para interesarse en estas áreas. A eso se suma una falta de modelos a seguir para niñas y jóvenes, ya que hay una escasez de mujeres en roles de influencia o toma de decisión. A medida que avanzan en sus carreras, las estudiantes de disciplinas STEM deben lidiar con expectativas con sesgo de género en relación a los roles profesionales y hay una persistencia de estereotipos culturales que retratan a los científicos, ingenieros e innovadores ideales como hombres. El programa de Mentorías busca que las jóvenes de la Comunidad CET puedan desarrollarse en esas áreas, potenciar sus habilidades y aportar sus perspectivas al ecosistema. La experiencia les brinda soporte y acompañamiento y las impulsa y orienta en el desempeño de sus carreras.
El proceso de mentoreo consiste en el emparejamiento de mujeres líderes del ecosistema tecnológico con integrantes de la Comunidad CET. La experiencia de las mentoras es un testimonio directo de que las personas que se identifican con el género femenino también pueden ocupar roles de toma de decisión y crecer en las carreras que moldean el presente y futuro. Las participantes de la Comunidad CET tienen entre 16 y 24 años y transitan etapas de crecimiento y planificación de sus próximos pasos académicos y profesionales o se encuentran en pleno desarrollo de sus habilidades de organización, comunicación y relaciones interpersonales.
Como parte del programa, las jóvenes participaron de un detallado proceso de entrevistas individuales para conocer sus perfiles, objetivos y expectativas. El mismo proceso se realizó con las mentoras, mujeres profesionales de NCR, para poder establecer las mejores parejas en base a sus intereses, experiencias y conocimientos.
Desafíos personales, desarrollo de proyectos y posibles recorridos académicos y profesionales fueron los principales temas abordados en las sesiones virtuales de mentoría en las que las duplas trabajaron en conjunto. Las mentoradas fueron quienes propusieron los objetivos principales del proceso, y junto a las mentoras establecieron un plan de acción.